Hasta 2013, Bolivia ocupaba el primer lugar como productor y exportador mundial de quinua; en 2014, Perú desplazó a Bolivia. Emprendedores del área señalan que los productores bolivianos del grano enfrentan varios retos para recuperar su espacio en el mercado internacional. Una de las soluciones, según plantean, es la creación de una norma internacional que establezca las reglas del juego.
El mercado mundial de la quinua tiene mayor oferta cada año que pasa y precios inestables que afectan generalmente al pequeño productor del país. Se suma que los consumidores internacionales parecen haber aceptado la idea de que el cereal andino boliviano no es diferente al de países vecinos. Esfuerzos de productores y empresas están logrando, poco a poco, que la quinua real empiece a ser reconocida como 100% boliviana.
"Una norma internacional (...) ayudaría a determinar la calidad, inocuidad, denominación de origen de la quinua de cada país; pero además existirían guías de testeo de pesticidas en los países productores”, explica el socio fundador y presidente de la compañía Andean Naturals, Sergio Nuñez de Arco.
Durante una comunicación con Página Siete desde Estados Unidos, el también activista en defensa de la producción orgánica boliviana, sostiene que en términos generales las normas internacionales hacen referencia a dos puntos: la calidad (tamaño y pureza del grano, propiedades nutricionales, entre otros) y la inocuidad (producto libre de pesticidas, químicos, contaminantes, entre otros). Sin embargo, en el caso de la quinua existe un tercer componente fundamental referido a lo social.
A inicios de agosto, a través de un comunicado, la gerente general de la Cámara Boliviana de Exportadores de Quinua y Productores Orgánicos, Paola Mejía, señaló que Perú, al primer semestre de 2015, sigue siendo el primer exportador de quinua: "tiene una enorme oferta del cereal, lo que ocasiona que los precios estén descendiendo”, información que es acreditada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
En 2014, Bolivia exportó poco más de 23.800 toneladas métricas de quinua, a diferencia de 2013 cuando vendió 35 mil toneladas. Perú, por su parte elevó su producción en 2014 a 35 mil toneladas, según datos recabados por Andean Naturals, una empresa que compra, acopia y procesa quinua directamente de productores bolivianos -a quienes brinda asistencia técnica- y la exporta a Estados Unidos. Actualmente, el costo por tonelada métrica es de 3.000 dólares.
La creación de la norma
El Comité Nacional Codex Bolivia, creado en 2013 con motivo del Año Internacional de la Quinua, propuso el desarrollo de una norma internacional para la quinua durante la trigésimo octava sesión de la Comisión del Codex Alimentarius, en Ginebra, Suiza, en julio de 2015. Se definió que Bolivia encabezará este trabajo.
"Entendemos que Bolivia está liderando a un grupo de expertos que van a identificar las variables que se incluirán en la norma, en la que participarán los Estados productores”, dice la directora de comunicación de Andean Naturals, Alexandra Meyer.
Una norma internacional
En este caso, Nuñez de Arco argumenta que es necesario que exista una diferenciación en términos de participación de mercado y "precio justo” entre los pequeños productores tradicionales y las agroindustrias. Para ello, es necesario conocer dónde se cultiva quinua orgánica y hallar la forma de que su producción sea sostenible, sin el uso de agroquímicos. Así se logrará que tengan una vida digna.
Andean Naturals, según su política de trabajo, compra quinua directamente de los productores. Muchos de ellos les han manifestado que para sostener a sus familias o unidades productivas, conformadas por dos o tres personas, necesitarían ganar un mínimo de 600 dólares al mes. "Creemos que un buen inicio es decir que un productor de quinua no gane menos que el salario mínimo mensual”, indica Nuñez de Arco.
¿Qué necesita Bolivia?
Bolivia necesita, según los estudios de la empresa, trabajar inmediatamente en tres acciones: posicionarse de un nicho o segmento del mercado internacional que valore el producto orgánico, posicionar a la quinua real como un producto con certificación de origen y apoyar a los pequeños productores del altiplano.
A ello se suma la necesidad de que la quinua boliviana no sea mezclada con la peruana para mantener su calidad ante los ojos del mundo. En 2014 la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) detectó varias cargas de quinua peruana con altos niveles de plaguicidas.
El nicho, el origen y Perú
La quinua real sólo se produce en Bolivia, en el intersalar (Potosí-Oruro), y en ninguna otra parte del mundo, pero aún los consumidores no la distinguen de la quinua peruana y de otras variedades cultivadas en Canadá, Estados Unidos y Australia.
Una medida importante, según detalla el activista, para poner en valor a la quinua real y la producción orgánica, es la "rastreabilidad” para determinar el rastro desde el lugar de producción hasta que llega al consumidor y así garantizar la credibilidad en su origen.
Al hablar con los pequeños productores, los agrónomos de la empresa, les han informado que existen países en varios continentes del mundo que producen quinua y que la oferta es cada vez mayor.
"El mercado de la quinua está creciendo, y lo seguirá haciendo, lo que no está creciendo es la demanda de la quinua boliviana. La demanda se está re direccionando a otros países, que en lugar de importar, producen su propio grano”, finaliza Nuñez de Arco.
Punto de vista
Cesín curi Sub Director Ejecutivo CPTS*
"Bolivia ha perdido el liderazgo en el mercado porque hemos sido muy generosos en ofrecer nuestra producción al mundo, pero sin ser capaces de producir lo que se ofrecía. Creo que no estábamos preparados”.
"La única forma de revertir este proceso es siendo más competitivos, para eso se requieren sistemas con mayor organización y capacidad, y de esta forma poder manejar volúmenes grandes, no a nivel pequeño (...). El Perú ha sido muy eficiente haciendo propaganda para decir que la quinua es quinua, no importa de donde venga. Ese tipo de emprendimientos han puesto nuestro grano a la par de cualquiera en el mundo y eso nos hace mucho daño”.
"Necesitamos producir con calidad y demostrar que la calidad de la quinua boliviana es superior en nuestro país, algo que es cierto. Para ello, no se puede seguir con la producción artesanal, ya no es posible. A los compradores les interesa un producto en donde ya no hay preferencias”.
"Tenemos que cambiar el modo de producción, sino no vamos a ser competitivos, salvo que hagamos una demostración muy clara de que la calidad de nuestro grano producido artesanalmente, más allá de ser orgánica, es muy superior, pero hay que demostrarlo”.
*Centro de Promoción de
Tecnologías Sostenibles.
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