domingo, 23 de marzo de 2014

ANA CHIPANA/// LA CHEF BOLIVIANA LOGRó TRANSFORMAR EL GRANO DE ORO EN RECETAS QUE LLEGARON A LA ONU Y NASA.

En los países andinos la ancestral quinua es común en la mesa diaria. Prácticamente se crece comiendo este “cereal de oro”. Pero hoy, como en la historia de la Cenicienta, la realeza ha aceptado a la quinua y se considera ya un ingrediente sofisticado en los países industrializados. ¿Por qué? Por sus increíbles propiedades nutritivas y hasta curativas.

Casi por casualidad, Ana Chipana descubrió sus propiedades cuando su esposo Ramiro Silvestre tuvo una enfermedad gástrica y tuvo que cambiar su dieta y empezó a ingerir comidas a base de quinua durante cinco meses, se recuperó sin necesidad de recurrir al bisturí. “Me quedé sorprendida”, cuenta Chipana, originaria de La Paz, Bolivia. “Me di cuenta que mucha gente padece esta dolencia y me dije, tienen que saberlo”.

Lo que aprendió en el proceso, la llevó a convertirse en una pequeña empresaria, chef y nutricionista; con la quinua como su ingrediente estrella.

Chipana inmigró a Estados Unidos en el año 2000. Trabajó limpiando casas, cuidando niños, en la cafetería de una escuela y en bienes raíces hasta que se ubicó como operaria en una empresa farmacéutica. En la crisis de 2008 perdió su trabajo.

“Un día nos reunieron y nos escoltaron a la salida. Fue un shock”, recuerda. Pero parte del significado de la palabra “crisis” en japonés, es “oportunidad”. En el caso de Chipana, se cumplió a cabalidad.

Mientras tanto, ella había hecho de su cocina una “incubadora” donde probaba todo tipo de platos con quinua. Entre ensayo y error, fue comprobando que podía empezar un negocio con sus creaciones.

Con un subsidio de seis mil dólares de la agencia gubernamental de empleos Workforce1 y una beca de la Universidad Unilatina International College en el condado Broward, Florida, Chipana empezó a estudiar Administración de Empresas. También recibió ayuda del programa para pequeños empresarios de Hispanic Unity of Florida.

En 2010, en medio de sus estudios, montó su pequeña empresa: Wara Quinoa Organic Bakery.

Con mucho esfuerzo y pocos empleados, Chipana elabora y entrega a pedido tres productos principalmente: pasteles y muffins de quinua de naranja, manzana, chocolate, banana, piña y blueberries y galletas de quinua. También están sus jugos y su famosa huminta de quinua. Todo completamente orgánico, sin azúcar ni gluten.

SUS LOGROS

En 2012: la invitan a hacer un desayuno en una conferencia para técnicos y astronautas en la National Aeronautics and Space Administration (NASA) en Cabo Cañaveral.

En 2013: declarado por las Naciones Unidas como el “Año Internacional de la Quinua”, fue también el año en que Ana, de 42 años, se empieza a consolidar internacionalmente como la “embajadora” informal de la quinua boliviana.

El 20 de febrero de 2013, Ana llevó sus platillos, elaborados con quinua, ante las Naciones Unidas (ONU). Allí estaban el secretario general de dicha organización Ban Ki-moon; el presidente de Bolivia, Evo Morales y el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Las noticias corrieron hasta Shanghái, China, donde fue invitada recientemente a una competencia de artes culinarias.

Sobre su cocina, la idea de la chef es fusionar la quinua con otros ingredientes en sus platos. “Es lo que está de moda, que se mezclen los sabores, pues en Estados Unidos hay muchas culturas”, manifiesta.

En este año Chipana está elaborando un plan de negocio para instalar su propia cafetería

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Quinua el Grano de Oro

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