Las bondades de la quinua, el cereal exótico que ya llegó a ser parte de banquetes exclusivos y exigentes, no sólo comprenden el valor nutritivo y su calidad alimenticia, pues desde mediados de la década pasada se comenzó a explotar otra bondad de éste producto único en el mundo y que es cultivado en
la región altiplánica de Bolivia.
Es el caso de la creación de una infinidad de adornos para el hogar, la oficina, negocios y otros espacios donde el color, la textura y el acabado artesanal, se posicionan a partir de la innegable creatividad de mujeres que desde el altiplano transportan al mundo la magia del caprichoso combinado de colores del denominado "grano de oro", pero ahora traducidos en detalles ornamentales.
Una de estas iniciativas, que tiene carácter microempresarial está asentada en la población de Caracollo, donde a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), la empresa "Quinua Flor", permite que varias mujeres den rienda suelta a su creatividad y puedan hacer que a través de sus creaciones, el color del altiplano, donde se produce la quinua, llegue a otros países.
Se trata de verdaderos ramilletes artísticos que luego de un proceso adecuado para el tratamiento de la flor de quinua, se traducen en exclusivas creaciones basadas en éste exótico producto altiplano que desde fines del siglo pasado da mu-cho que hablar en el contexto internacional al extremo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), decidió declarar al 2013, como el Año Internacional de la Quinua.
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