La seguridad alimentaria, según la definición de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (Roma, 1996), es la situación "cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades nutricionales y sus preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana".
Para minimizar la inseguridad alimentaria es importante atacar la pobreza desde sus raíces y como dice Amat y León et al. (1996) es necesario mejorar los niveles de vida de los pobres a través de su propia competencia y esto se consigue mediante: i) la mejoría de los niveles y la calidad de educación; ii) el fortalecimiento de la gestión de las organizaciones de base, y iii) la ampliación de la dotación de recursos productivos para implementar proyectos rentables que generen mayores ingresos de manera sostenida y se logre finalmente una recuperación de la inversión a largo plazo.
Los gobiernos nacional y locales deben apoyar la concientización en la población (consumidores), productores agrícolas y productores industriales, sobre la utilización de los cultivos andinos en la alimentación, como parte de la estrategia para una agricultura sostenible y eliminar una de las causas de la dependencia y pobreza del país. Todo plan estratégico que promueva el consumo sostenible de los cultivos andinos debe engarzarse dentro de la política de seguridad alimentaria.
2. Programas de alimentación social
A corto plazo, los programas sociales de alimentación complementaria son una alternativa estratégica donde los grupos vulnerables -niños lactantes, prescolares, escolares y mujeres gestantes y lactantes- reciben un complemento alimentario para aliviar la desnutrición. Es aquí, donde los cultivos andinos deben participar en las formulaciones.
Cuando las donaciones de alimentos son mal utilizadas o mal focalizadas traen efectos negativos en el consumo de alimentos producidos localmente, distorsionando los patrones alimentarios. Todos los programas de ayuda alimentaria deben estar acompañados de programas educativos sobre la complementariedad de los alimentos donados dentro de la canasta alimentaria local, esto mientras perdure la inseguridad alimentaria, más no como un sustituto. Se debe aprovechar la logística de distribución de los alimentos donados para realizar campañas educativas que promuevan el consumo de los cultivos tradicionalmente producidos localmente.
En el Perú, existen programas sociales como: Vaso de Leche (Municipios), Programa de Complementación Alimentaria para grupos de mayor riesgo (PACFO) del Ministerio de Salud, Programa Social del Desayuno Escolar (FONCODES/Ministerio de la Presidencia), Desayuno Escolar y PRONOIS (Programa No Escolarizado de Nivel Inicial) del PRONAA.
- Vaso de Leche
El programa es administrado por las municipalidades de cada lugar. Casi todos los municipios del país ofrecen un lácteo enriquecido que es una combinación de leche entera en polvo no menor del 20% del peso total de la ración (50g) y una o varias harinas de leguminosas en combinación o no con harinas de cereales, precocidos y gelatinizados plenamente, exentas de almidones crudos y que cumplan los requisitos nutricionales y sanitarios. Este programa no da la oportunidad de incluir los cultivos andinos en sus formulaciones.
En el Departamento del Cusco existen dos empresas locales (Agroindustrias Andinas SRL y AROMA), que son casos únicos, donde ofrecen a muchos municipios provinciales y distritales de Cusco, Puno y Abancay un producto elaborado con cultivos locales y entre sus formulaciones se pueden apreciar a la quinua y la kiwicha.
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