La AOPEB, recomienda el uso de variedades resistentes o tolerantes a plagas, enfermedades y a la competencia de hierbas invasoras. El manejo de cultivo frente a hierbas invasoras, enfermedades y plagas se realiza de acuerdo a las Normas Básicas establecidas, por esta Institución. El uso de pesticidas sintéticos está prohibido.
Una norma básica de AOPEB, indica que en una unidad de producción bien manejada, el problema de plagas y enfermedades debería haberse limitado a un problema de segundo nivel. Se espera, que con una buena rotación de cultivos, con asociaciones de especies y variedades con descanso de parcelas, con un abonamiento limitado, con un buen manejo del microclima, con la conservación de especies nativas, la creación de un ámbito favorable a la fauna benéfica y otras medidas preventivas, la incidencia de plagas y enfermedades se va a reducir a un mínimo.
Para cumplir esos enunciados se tiene que realizar una labor seria, de convencimiento a los productores sobre las ventajas de esta modalidad de producción, seguramente va a transcurrir bastante tiempo hasta que esas prácticas sean incorporadas al sistema de producción de quinua en el altiplano sur.
Las organizaciones de productores como ANAPQUI y CECAOT, fueron regulando en forma moderada la aplicación paulatina de estas normas a todos los productores que están involucrados en la producción de quinua orgánica. Es de conocimiento general que la fuente de contaminación medio ambiental en el altiplano fue el uso irracional de pesticidas en la producción de quinua.
La incidencia de plagas en el cultivo de quinua en esta zona, tiene importancia económica, porque puede causar pérdidas importantes en la producción, si el agricultor no toma medidas de precaución y control de estas plagas. Entre las principales plagas podemos mencionar al complejo de ticonas : (Agrotis sp., Copitarsia turbata Herrich & Schäffer, Spodoptera frugiperda (Serville) y Feltia experta Walker (Noctuidae: Lepidoptera), que atacan partes de tallo y hojas, en casos de ataques severos se pueden encontrar hasta 80 larvas por hoyo, con plantas totalmente defoliadas. La Kcona kcona (Eurysacca quinoae (Meyrick) (Gelechiidae: Lepidoptera)) es otra plaga clave del cultivo de la quinua que tiene su incidencia preferentemente en el período de cosecha, ataca particularmente a la panoja y puede destruir un cultivo en menos de una semana.
Los problemas del desequilibrio ecológico del Altiplano Sur causado por el uso excesivo de pesticidas y la introducción de la maquinaria agrícola, se pretende reducir con la explotación agrícola orientada a la producción ecológica, se está promocionando el uso de extractos naturales de Piretro (Chrysanthemum cinerariaefolium), Nim (Azadirachta indica), Muña (Minthostachys sp.), Uma tola (Parastrephia lucida), Ñacá tola (Baccharis incarum), Tabaco (Nicotiana tabacum) y otros.
En este campo y para evitar el uso de insecticidas sintéticos, ANAPQUI está implementando una asistencia técnica mediante promotores que realizan supervisión permanente de las parcelas con cultivo orgánico de quinua, lo más importante en esta experiencia es la capacitación de los agricultores en la preparación y uso de extractos naturales para el control de plagas, la asistencia técnica permanente y en muchos casos la dotación de los insumos.
Sin embargo este esfuerzo de los productores, no es suficiente por la magnitud y la incidencia de las plagas, se requiere la validación y difusión de las alternativas tecnológicas generadas recientemente para el manejo integrado de plagas. Existen estudios sobre control biológico de plagas, por ej. Aroni & Arequipa (1996) indican, que los extractos naturales en estudio (Muñas, Molle (Schinus molle), Chachakuma (Senecio graveolens), Uma tola y Ñaká tola) presentaron una eficiencia gradual en el control de las plagas de la quinua. El efecto residual de los extractos no permanece por tiempo prolongado en el cultivo de quinua por ser biodegradable, razón por la cual no tiene un comportamiento similar a un insecticida sintético. El momento propicio para la aplicación de los extractos naturales es cuando se presentan altas temperaturas en el día, estas condiciones parecen coadyuvar en el efecto de los extractos.
Aroni & Lucas (1996) estudió la eficiencia de entomopatógenos en el control de plagas claves de la quinua (Copitarsia sp., Feltia sp., Spodoptera sp. y Eurysacca quinoae), las aplicaciones fueron realizadas en dos épocas. La eficiencia de los entomopatógenos varia entre 45.39 % que corresponde al Baculovirus phthorimaea y 57.19 % de Bacillus thuringiensis. Saravia & Quispe (2000) asevera que la dosis de Baculovirus phthorimaea de 50 larvas infestadas en un litro de agua, presentó una eficiencia de 56.41 para el control biológico de Eurysacca quinoae, aumentando esta eficiencia en la medida que se incrementa la concentración de aspersiones.
Sanchez et al. (1995) menciona que un parasitoide de especie no determinada (Ichneumonidae: Hymenoptera) en forma natural es el que mejor control a Eurysacca quinoae (16.54 % para una generación de plaga), en cambio el parasitoide Microplitis sp. (Braconidae: Hymenoptera) es el que tuvo menor porcentaje de parasitismo (1,42 % para toda la generación de la plaga).
Diversas instituciones como COMPAC, IBTA y ANAPQUI realizaron pruebas de control etológico con trampas de luz, en el caso del Programa Quinua (1992 – 1994) con el propósito de efectuar estudios de dinámica poblacional de las principales plagas ha utilizado trampas de luz, observando eficiencia moderada para la captura de lepidopteros adultos, esta práctica puede coadyuvar a la disminución de ataque plagas de la quinua siempre y cuando se realicen campañas comunales responsables y por tiempos determinados.
RIEGO
Las precipitaciones pluviales en el Altiplano Sur de Bolivia oscilan entre 150 a 250 mm/año y muy concentradas en los meses de enero, febrero y marzo, la preparación oportuna de suelos en hoyos, tiene el propósito de acumular humedad con este nivel de precipitación, por tal razón un 97 % de cultivo es a secano. Respecto a la experiencia de riego en el cultivo de la quinua, solamente se puede mencionar la realizada en comunidades que tienen el privilegio de contar con fuentes de agua, que les ha permitido la construcción de sistemas de riego para cultivar quinua en superficies relativamente extensas.
El riego por inundación, se ejecuta a partir de los primeros días de Julio hasta fines de Septiembre, después del riego de cada parcela, se deposita estiércol al voleo en una cantidad de 10 Tm./ha, para incorporar posteriormente esta materia orgánica con el empleo de un arado de disco. Esta labor un mes antes de la siembra es favorable para el desarrollo de las plantas, lográndose rendimientos superiores en un 80 % al cultivo en condiciones de secano.
El riego por surcos también se practica con la finalidad de aprovechar en forma optima el agua de riego, también en este caso se puede incorporar estiércol en una cantidad de 4 Tm./ha.
Una norma básica de AOPEB, indica que en una unidad de producción bien manejada, el problema de plagas y enfermedades debería haberse limitado a un problema de segundo nivel. Se espera, que con una buena rotación de cultivos, con asociaciones de especies y variedades con descanso de parcelas, con un abonamiento limitado, con un buen manejo del microclima, con la conservación de especies nativas, la creación de un ámbito favorable a la fauna benéfica y otras medidas preventivas, la incidencia de plagas y enfermedades se va a reducir a un mínimo.
Para cumplir esos enunciados se tiene que realizar una labor seria, de convencimiento a los productores sobre las ventajas de esta modalidad de producción, seguramente va a transcurrir bastante tiempo hasta que esas prácticas sean incorporadas al sistema de producción de quinua en el altiplano sur.
Las organizaciones de productores como ANAPQUI y CECAOT, fueron regulando en forma moderada la aplicación paulatina de estas normas a todos los productores que están involucrados en la producción de quinua orgánica. Es de conocimiento general que la fuente de contaminación medio ambiental en el altiplano fue el uso irracional de pesticidas en la producción de quinua.
La incidencia de plagas en el cultivo de quinua en esta zona, tiene importancia económica, porque puede causar pérdidas importantes en la producción, si el agricultor no toma medidas de precaución y control de estas plagas. Entre las principales plagas podemos mencionar al complejo de ticonas : (Agrotis sp., Copitarsia turbata Herrich & Schäffer, Spodoptera frugiperda (Serville) y Feltia experta Walker (Noctuidae: Lepidoptera), que atacan partes de tallo y hojas, en casos de ataques severos se pueden encontrar hasta 80 larvas por hoyo, con plantas totalmente defoliadas. La Kcona kcona (Eurysacca quinoae (Meyrick) (Gelechiidae: Lepidoptera)) es otra plaga clave del cultivo de la quinua que tiene su incidencia preferentemente en el período de cosecha, ataca particularmente a la panoja y puede destruir un cultivo en menos de una semana.
Los problemas del desequilibrio ecológico del Altiplano Sur causado por el uso excesivo de pesticidas y la introducción de la maquinaria agrícola, se pretende reducir con la explotación agrícola orientada a la producción ecológica, se está promocionando el uso de extractos naturales de Piretro (Chrysanthemum cinerariaefolium), Nim (Azadirachta indica), Muña (Minthostachys sp.), Uma tola (Parastrephia lucida), Ñacá tola (Baccharis incarum), Tabaco (Nicotiana tabacum) y otros.
En este campo y para evitar el uso de insecticidas sintéticos, ANAPQUI está implementando una asistencia técnica mediante promotores que realizan supervisión permanente de las parcelas con cultivo orgánico de quinua, lo más importante en esta experiencia es la capacitación de los agricultores en la preparación y uso de extractos naturales para el control de plagas, la asistencia técnica permanente y en muchos casos la dotación de los insumos.
Sin embargo este esfuerzo de los productores, no es suficiente por la magnitud y la incidencia de las plagas, se requiere la validación y difusión de las alternativas tecnológicas generadas recientemente para el manejo integrado de plagas. Existen estudios sobre control biológico de plagas, por ej. Aroni & Arequipa (1996) indican, que los extractos naturales en estudio (Muñas, Molle (Schinus molle), Chachakuma (Senecio graveolens), Uma tola y Ñaká tola) presentaron una eficiencia gradual en el control de las plagas de la quinua. El efecto residual de los extractos no permanece por tiempo prolongado en el cultivo de quinua por ser biodegradable, razón por la cual no tiene un comportamiento similar a un insecticida sintético. El momento propicio para la aplicación de los extractos naturales es cuando se presentan altas temperaturas en el día, estas condiciones parecen coadyuvar en el efecto de los extractos.
Aroni & Lucas (1996) estudió la eficiencia de entomopatógenos en el control de plagas claves de la quinua (Copitarsia sp., Feltia sp., Spodoptera sp. y Eurysacca quinoae), las aplicaciones fueron realizadas en dos épocas. La eficiencia de los entomopatógenos varia entre 45.39 % que corresponde al Baculovirus phthorimaea y 57.19 % de Bacillus thuringiensis. Saravia & Quispe (2000) asevera que la dosis de Baculovirus phthorimaea de 50 larvas infestadas en un litro de agua, presentó una eficiencia de 56.41 para el control biológico de Eurysacca quinoae, aumentando esta eficiencia en la medida que se incrementa la concentración de aspersiones.
Sanchez et al. (1995) menciona que un parasitoide de especie no determinada (Ichneumonidae: Hymenoptera) en forma natural es el que mejor control a Eurysacca quinoae (16.54 % para una generación de plaga), en cambio el parasitoide Microplitis sp. (Braconidae: Hymenoptera) es el que tuvo menor porcentaje de parasitismo (1,42 % para toda la generación de la plaga).
Diversas instituciones como COMPAC, IBTA y ANAPQUI realizaron pruebas de control etológico con trampas de luz, en el caso del Programa Quinua (1992 – 1994) con el propósito de efectuar estudios de dinámica poblacional de las principales plagas ha utilizado trampas de luz, observando eficiencia moderada para la captura de lepidopteros adultos, esta práctica puede coadyuvar a la disminución de ataque plagas de la quinua siempre y cuando se realicen campañas comunales responsables y por tiempos determinados.
RIEGO
Las precipitaciones pluviales en el Altiplano Sur de Bolivia oscilan entre 150 a 250 mm/año y muy concentradas en los meses de enero, febrero y marzo, la preparación oportuna de suelos en hoyos, tiene el propósito de acumular humedad con este nivel de precipitación, por tal razón un 97 % de cultivo es a secano. Respecto a la experiencia de riego en el cultivo de la quinua, solamente se puede mencionar la realizada en comunidades que tienen el privilegio de contar con fuentes de agua, que les ha permitido la construcción de sistemas de riego para cultivar quinua en superficies relativamente extensas.
El riego por inundación, se ejecuta a partir de los primeros días de Julio hasta fines de Septiembre, después del riego de cada parcela, se deposita estiércol al voleo en una cantidad de 10 Tm./ha, para incorporar posteriormente esta materia orgánica con el empleo de un arado de disco. Esta labor un mes antes de la siembra es favorable para el desarrollo de las plantas, lográndose rendimientos superiores en un 80 % al cultivo en condiciones de secano.
El riego por surcos también se practica con la finalidad de aprovechar en forma optima el agua de riego, también en este caso se puede incorporar estiércol en una cantidad de 4 Tm./ha.