Lourdes Choque está feliz. Aunque está en pie desde muy temprano, la satisfacción de al fin poder hacer lo que siempre quiso, trabajar con floricultura, puede más y se nota el orgullo que siente por las flores de quinua que por primera vez son procesadas en pleno altiplano orureño, en Caracollo.
Las manos de Choque, que es madre soltera, así como las de otras 34 mujeres que pertenecen al centro PAS (Programa de Auto Ayuda Social Caracollo), han dado vida a un nuevo negocio con un importante potencial exportador: la transformación de la flor de quinua para su comercialización.
La belleza de las flores, tratadas de manera especial para su conservación en el tiempo, ha abierto ya mercados en Estados Unidos y Europa. Este miércoles 28 de mayo, a través de la empresa La Maison de Cochabamba, sale un primer embarque hacia Italia, donde el producto será promovido en tres ferias en Bérgamo y Milán.
Adicionalmente, se abre también el mercado local, con el inicio de la venta de las flores de quinua por el día de la madre en los supermercados IC Norte.
En poco tiempo más saldrá otro cupo a Miami, EEUU, y más adelante a California.
El inicio
Todo comenzó hace dos años, cuando el proyecto Acceso a Mercados y Alivio a la Pobreza (MAPA) financiado por Usaid/Bolivia, identificó a las flores de quinua como un potencial producto para reducir la pobreza.
El proyecto trabajó durante dos años en la experimentación y validación de tecnologías de preservación e inmortalización de las flores.
El jefe de MAPA, Enrique Rivas, explica que el proceso consiste en tratar la panoja antes de que tome color a través del uso de glicerina y otros compuestos. Adicionalmente, se identificó una variedad de quinua que produce flores adecuadas para el procesamiento y se fomentó su producción con 200 agricultores de la zona.
“Las panojas se llevan al centro donde hemos construido una especie de invernadero. Dentro tenemos unos caballetes donde hay una base de metal y ahí se pone la solución de glicerina con tinta y se hace el doble proceso de inmortalización y tinción en los colores que hemos definido con los clientes internacionales”, señala.
Meta es un millón de tallos
Los volúmenes procesados actualmente de las flores de quinua aún son pequeños por la capacidad de la infraestructura del centro de Caracollo que permite procesar unos 200 mil tallos al año.
“Lo que nosotros esperamos es que el grupo maneje un millón de tallos al año y podríamos saltar a la etapa de exportar por barco y ser altamente competitivos”, señala el jefe de MAPA, Enrique Rivas.
Esa meta podría ser cumplida hasta 2010 y para lograrlo, MAPA prevé implementar otras áreas de cultivo en las zonas altas de Cochabamba y el sur del país.
Entretanto, las 35 mujeres del centro PAS en Caracollo seguirán con la producción. Este centro, además maneja una guardería con más de 60 niñas y niños que reciben cuidado y alimento mientras sus madres van a trabajar en diferentes actividades. Las flores de quinua ayudan de gran manera a este grupo, que ha demostrado una importante capacidad.
Las manos de Choque, que es madre soltera, así como las de otras 34 mujeres que pertenecen al centro PAS (Programa de Auto Ayuda Social Caracollo), han dado vida a un nuevo negocio con un importante potencial exportador: la transformación de la flor de quinua para su comercialización.
La belleza de las flores, tratadas de manera especial para su conservación en el tiempo, ha abierto ya mercados en Estados Unidos y Europa. Este miércoles 28 de mayo, a través de la empresa La Maison de Cochabamba, sale un primer embarque hacia Italia, donde el producto será promovido en tres ferias en Bérgamo y Milán.
Adicionalmente, se abre también el mercado local, con el inicio de la venta de las flores de quinua por el día de la madre en los supermercados IC Norte.
En poco tiempo más saldrá otro cupo a Miami, EEUU, y más adelante a California.
El inicio
Todo comenzó hace dos años, cuando el proyecto Acceso a Mercados y Alivio a la Pobreza (MAPA) financiado por Usaid/Bolivia, identificó a las flores de quinua como un potencial producto para reducir la pobreza.
El proyecto trabajó durante dos años en la experimentación y validación de tecnologías de preservación e inmortalización de las flores.
El jefe de MAPA, Enrique Rivas, explica que el proceso consiste en tratar la panoja antes de que tome color a través del uso de glicerina y otros compuestos. Adicionalmente, se identificó una variedad de quinua que produce flores adecuadas para el procesamiento y se fomentó su producción con 200 agricultores de la zona.
“Las panojas se llevan al centro donde hemos construido una especie de invernadero. Dentro tenemos unos caballetes donde hay una base de metal y ahí se pone la solución de glicerina con tinta y se hace el doble proceso de inmortalización y tinción en los colores que hemos definido con los clientes internacionales”, señala.
Meta es un millón de tallos
Los volúmenes procesados actualmente de las flores de quinua aún son pequeños por la capacidad de la infraestructura del centro de Caracollo que permite procesar unos 200 mil tallos al año.
“Lo que nosotros esperamos es que el grupo maneje un millón de tallos al año y podríamos saltar a la etapa de exportar por barco y ser altamente competitivos”, señala el jefe de MAPA, Enrique Rivas.
Esa meta podría ser cumplida hasta 2010 y para lograrlo, MAPA prevé implementar otras áreas de cultivo en las zonas altas de Cochabamba y el sur del país.
Entretanto, las 35 mujeres del centro PAS en Caracollo seguirán con la producción. Este centro, además maneja una guardería con más de 60 niñas y niños que reciben cuidado y alimento mientras sus madres van a trabajar en diferentes actividades. Las flores de quinua ayudan de gran manera a este grupo, que ha demostrado una importante capacidad.
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