ABONAMIENTOEn el Altiplano Sur, los suelos son generalmente arenosos, y en muchos casos son sobreexplotados y como consecuencia se puede observar tierras marginales, abandonadas, generando consecuencias negativas a la ecología de la zona. Desde principios de la década del 80 se promocionó la fertilización orgánica, sin embargo no hubo mucho interés de parte de los productores, porque en ese entonces los rendimientos de quinua eran relativamente altos, al paso del tiempo, los suelos sufrieron un empobrecimiento paulatino en toda la zona quinuera del Altiplano Sur, aspecto que ocasionó rendimientos bajos, que su cultivo es antieconómico para muchas familias campesinas.
Los abonos orgánicos como el estiercol y compost aplicados al suelo favorecen a las propiedades físicas, químicas y biológicas del mismo. La aplicación de estos abonos en los suelos del altiplano es de innegable importancia, constituyendo en una fuente de nutrientes disponibles para la planta a costos relativamente bajos. Las actividades de promoción para la incorporación de estiércol de parte las organizaciones de productores e instituciones ligadas al rubro hicieron posible una toma de conciencia de los agricultores sobre la necesidad e importancia del abonamiento con materia orgánica de las parcelas quinueras.
Sobre el abonamiento AOPEB (1998), indica: "Para conservar y mejorar la fertilidad del suelo, se recomienda la incorporación continua de abonos orgánicos, los abonos deben emplearse en el momento correcto para impedir la pérdida de nutrientes". No se permiten abonos que no estén anunciados en sus normas.
Existen experiencias sobre incorporación de estiércol a las parcelas para producción de quinua orgánica, el efecto en estos suelos se expresa con un mejoramiento de la estructura de los mismos, disponibilidad de nutrientes y lo más importante coadyuva en la retención de la humedad del suelo, lo que facilita el desarrollo normal del cultivo. Muchos estudios del Programa Quinua del IBTA, sobre fertilización orgánica determinaron distintas fuentes de materia orgánica, las cantidades necesarias y la época apropiada para la aplicación de los mismos están siendo adoptados por los agricultores.
La incorporación de estiércol en la época de roturación de suelos varia entre 4 a 10 Tm/ha, conforme se trate de aplicación en el sistema de hoyos, surcos y voleo. Cuando se utiliza compost está determinado que incorporando 300 gr./ hoyo se utiliza hasta 2.1 Tm. /Ha. El uso de abono orgánico se puede calificar todavía de moderado, sin embargo la tendencia es al aumento paulatino, tanto para la producción orgánica, como para la producción convencional de quinua. También se han realizado pruebas de incorporación de abonos verdes con algunas especies como el tarwi, cebada y centeno, con un establecimiento de 3 meses se obtuvieron 1,5 Tm, 1.1Tm y 0.8 Tm de materia verde por hectárea respectivamente, sin embargo se ha podido observar una lenta descomposición de la materia orgánica.
SIEMBRA
La siembra de quinua para la producción orgánica se realiza en forma similar a la producción convencional, sin embargo tiene importancia utilizar semilla seleccionada de la gestión pasada, este material debe ser de una variedad o ecotipo definido, bastante homogéneo y el tamaño del grano grande con diámetro superior a los 2 mm. Los ecotipos comerciales más utilizados son Real Blanca, Pandela, Kello, Utusaya, Rosa Blanca, Thimza, Achachino, Mocko, y Mañiqueña.
La siembra manual se realiza en el método de hoyos a una distancia de 1 a 1.20 m entre hoyos, la siembra mecanizada con sembradoras como la "Satiri I" y otros prototipos en procesos de validación como el "Surco", en ambos métodos se requiere entre 6 a 8 Kg. de semilla por hectárea.
Los abonos orgánicos como el estiercol y compost aplicados al suelo favorecen a las propiedades físicas, químicas y biológicas del mismo. La aplicación de estos abonos en los suelos del altiplano es de innegable importancia, constituyendo en una fuente de nutrientes disponibles para la planta a costos relativamente bajos. Las actividades de promoción para la incorporación de estiércol de parte las organizaciones de productores e instituciones ligadas al rubro hicieron posible una toma de conciencia de los agricultores sobre la necesidad e importancia del abonamiento con materia orgánica de las parcelas quinueras.
Sobre el abonamiento AOPEB (1998), indica: "Para conservar y mejorar la fertilidad del suelo, se recomienda la incorporación continua de abonos orgánicos, los abonos deben emplearse en el momento correcto para impedir la pérdida de nutrientes". No se permiten abonos que no estén anunciados en sus normas.
Existen experiencias sobre incorporación de estiércol a las parcelas para producción de quinua orgánica, el efecto en estos suelos se expresa con un mejoramiento de la estructura de los mismos, disponibilidad de nutrientes y lo más importante coadyuva en la retención de la humedad del suelo, lo que facilita el desarrollo normal del cultivo. Muchos estudios del Programa Quinua del IBTA, sobre fertilización orgánica determinaron distintas fuentes de materia orgánica, las cantidades necesarias y la época apropiada para la aplicación de los mismos están siendo adoptados por los agricultores.
La incorporación de estiércol en la época de roturación de suelos varia entre 4 a 10 Tm/ha, conforme se trate de aplicación en el sistema de hoyos, surcos y voleo. Cuando se utiliza compost está determinado que incorporando 300 gr./ hoyo se utiliza hasta 2.1 Tm. /Ha. El uso de abono orgánico se puede calificar todavía de moderado, sin embargo la tendencia es al aumento paulatino, tanto para la producción orgánica, como para la producción convencional de quinua. También se han realizado pruebas de incorporación de abonos verdes con algunas especies como el tarwi, cebada y centeno, con un establecimiento de 3 meses se obtuvieron 1,5 Tm, 1.1Tm y 0.8 Tm de materia verde por hectárea respectivamente, sin embargo se ha podido observar una lenta descomposición de la materia orgánica.
SIEMBRA
La siembra de quinua para la producción orgánica se realiza en forma similar a la producción convencional, sin embargo tiene importancia utilizar semilla seleccionada de la gestión pasada, este material debe ser de una variedad o ecotipo definido, bastante homogéneo y el tamaño del grano grande con diámetro superior a los 2 mm. Los ecotipos comerciales más utilizados son Real Blanca, Pandela, Kello, Utusaya, Rosa Blanca, Thimza, Achachino, Mocko, y Mañiqueña.
La siembra manual se realiza en el método de hoyos a una distancia de 1 a 1.20 m entre hoyos, la siembra mecanizada con sembradoras como la "Satiri I" y otros prototipos en procesos de validación como el "Surco", en ambos métodos se requiere entre 6 a 8 Kg. de semilla por hectárea.
hola
ResponderEliminar