El 2014 fue un año complicado para la quinua. Exportadores y productores hicieron un análisis de la situación y coincidieron que la competencia se ha vuelto más dura y que hay que trabajar para pelear en un mercado internacional exigente. La producción orgánica es un potencial que debe ser aprovechado, señalaron. Esta misma idea fue expuesta recientemente por Paola Mejía, gerente de la Cámara Boliviana de Exportadores de Quinua y Productos Orgánicos, (Cabolqui).
ACTORES
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Juan Crispin, evaluó que el Año Internacional de la Quinua tuvo sus ventajas y desventajas. La competencia, antes de la declaratoria, era más interna y la producción tenía mercado asegurado, pero luego esta decisión se trasladó al plano internacional y la pelea por el mercado se vuelve más competitiva por la oferta de países como Estados Unidos y Canadá, entre otros.
“No estábamos de acuerdo con el Año Internacional de la Quinua, porque teníamos nuestras observaciones”, dijo Crispin.
MERCADOS
Ahora el producto andino generó una gran expectativa a nivel internacional y hora no sólo produce Bolivia sino países de la región y de otras regiones del mundo.
Reducir los costos de producción para ser más competitivos es la premisa del sector y también apuntara la industrialización, señala el titular de Anapqui que congrega a gran cantidad de productores.
FINANCIAMIENTO
El sector se desarrolló en los últimos años con el apoyo financiero brindado por Safi Unión a través del Fondo Proquinua. El fondo brinda apoyo financiero al sector, y elaboró productos financieros de acuerdo a las necesidades del sector. Este mecanismo fue lanzado al mercado hace más de un año con un soporte de $us 20 millones.
EMPLEO
La propuesta del sector va dirigida a la creación de fuentes de trabajo, pero para ello necesita mayor inversión. Si bien el fondo alivió una buena parte el financiamiento que antes lo cubría el crédito externo con una tasa mayor al 12 por ciento, ahora los requerimientos son mayores debido al dinamismo del mercado nacional e internacional.
CULTIVOS
Aumentar el número de hectáreas es una prioridad para el sector que busca aumentar la producción de 2.000 a 10.000 toneladas año, y para ello necesitan inversión en condiciones favirables.
AÑO DIFÍCIL
Fabricio Nuñez de Arco, gerente general de Jacha Inti Industrial S.A., señala que el 2014 fue un año complicado para el sector y para los exportadores. Perú se posicionó en primer lugar y Bolivia se quedó rezagada.
Mientras que la agroindustria convencional toma los mercados internacionales, la producción orgánica del cereal pierde terreno. Sin embargo, Nuñez asegura que si bien la competitividad se dinamiza, Bolivia puede aprovechar su potencial orgánico y sugiere trabajar en este tema para nuevamente retomar los centros de consumo. Propuso la especialización del sector en quinua real.
EL ESTADO
Pero este desafío no lo harán solos, sino también requieren el concurso estatal. Explicó que la agroindustria convencional en el Perú ocupa el 75 por ciento y sólo 25 por ciento la orgánica; en Bolivia es todo lo contrario, la orgánica abarca un 90 por ciento y el resto es convencional. El comercio justo sería un escenario a favor de la producción boliviana, ya que apoya a estas iniciativas, asintió.
PRECIOS
Los exportadores y productores señalan que no hay un precio de referencia para la venta de la quinua, pero los primeros toman como base las negociaciones que se hacen en la población de Challapata, distante a dos horas de camino en la carretera que une Oruro con Potosí.
El precio del quintal, el año pasado estaba en promedio Bs 2.000 pero bajó en los últimos meses. “El poder de negociación ya no está en nuestra manos”, dicen productores y exportadores, dos eslabones críticos de la cadena de valor del cereal. Recordaron que antes del Año Internacional de la Quinua el precio del quintal oscilaba entre 600 a 800 bolivianos, pero en 2013 y 2014 la cifra subió a 2.000 bolivianos.
DISPONIBILIDAD DE FONDOS
Juan Crispin de Anapqui señala que ahora acceden a financiamiento para mejorar su producción, los bancos tradicionales exigían garantías reales; ahora el Fondo Proquinua tiene una estructura que no apunta a los requisitos de los bancos, sino que se apoya en las ventas futuras. Diego Suárez, gerente nacional de Negocios de Safi Unión, señaló que el Fondo se adecúa a las necesidades del sector y que los préstamos se hacen a flujos futuros. Los intereses son menores a los del mercado nacional. Es una tasa competitiva, dice.
SUPERVISIÓN
Además, la entidad monitorea el trabajo de productores como de los exportadores, de esta manera se garantiza el retorno del capital; también manejan un fondo para prevenir contratiempos inesperados.
A la fecha este fondo trabaja con 10 empresas y llega indirectamente a beneficiar a 1.500 familias productoras en el altiplano, es decir a toda la cadena productiva primaria.
NORMATIVA DE LA ASFI
Por su parte, José Antonio Cortez Campero, gerente general de Safi Unión, dijo que el Fondo nació en noviembre de 2011, y empezó sus operaciones en enero de 2012, con recursos de 170 millones de bolivianos destinados a inversión y capital, cuyos fondos ya se distribuyeron, y ahora están en proceso de modificación de la norma ante la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) para ampliar a 25 millones de bolivianos más.
Óscar Saavedra Chávez, gerente de Administración y Finanzas de Jach Inti, señaló que el financiamiento de la entidad se destina a capital de operaciones, y las utilidades que se generan se reinvierten, lo que les permite ser competitivos en el mercado internacional, pero reflexiona de que hay que seguir trabajando.
Finalmente, el impacto del financiamiento del Fondo Proquinua en las exportaciones totales de quinua del país representa el 72,27 por ciento; 80 por ciento para operaciones y 20 por ciento a inversiones.
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