El consumo anual per cápita de quinua en Bolivia subió de 0,35 kilos en 2011 a 2 kilos en 2013, según datos del Viceministerio de Desarrollo Rural y Agropecuario. Si bien ahora ocupa un espacio en el menú de las urbes, el consumo interno es más por “imitación”, al ver que en el exterior es apreciada por ciertas élites, que por valorización, afirma el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Juan Crispín.
“En el exterior la consumen deportistas, artistas famosos y la gente en el país comenzó a consumir quinua también, pero es más por imitación que por alimentación”, dice Crispín, quien considera que a pesar del fortalecimiento de la imagen del cereal con la declaratoria de 2013 como Año Internacional de la Quinua, falta crear hábito y difundir mayor información sobre el valor nutricional del grano para estimular la demanda interna.
Según la gerente general de la Cámara Boliviana de la Quinua (Cabolqui), Paola Mejía, en las ciudades se consume más quinua, tanto en grano como procesada, porque ahora el mercado ofrece quinua en barra, en galletas, pastas o en conserva, entre otras variedades. Pero el consumo no sólo subió por la mayor demanda de la clase media, señala, sino también porque hay nuevos mercados internos, como Santa Cruz, Tarija o Cochabamba, donde hace seis años la quinua casi no tenía demanda.
Aunque los registros de los afiliados a Cabolqui señalan que las ventas en el mercado nacional, en lo que va del año, subieron en 70 por ciento con relación a 2013, Mejía señala que el principal consumidor sigue siendo el productor.
Lamentablemente, sigue siendo principalmente un producto destinado a la exportación, particularmente en Bolivia, señala la investigadora Andrea Baudoin en un estudio del Instituto Para el Desarrollo Rural de Sudamérica (Ipdrs).
El bajo consumo tiene diversos motivos, según el estudio, y destaca entre ellos el alto precio del producto, la falta de costumbre de consumo en el ámbito urbano y la predominancia de patrones de consumo alimentario poco saludables.
Para Crispín el precio es “una excusa” y pone como ejemplo que el precio de la cerveza ha tenido un considerable incremento, “pero nadie hace marchas contra eso y se sigue consumiendo en gran cantidad”. Una libra de quinua cuesta alrededor de 16 bolivianos, mientras que una libra de fideo o de arroz no pasa de los 4 bolivianos.
FALTA FOMENTO
El estudio del Ipdrs señala que en los Estados de Bolivia y Perú ya compran granos andinos. En el caso de Bolivia hace notar que la quinua se incluyó en programas como el de Desayuno Escolar.
“Estas alternativas fomentan el consumo de los granos, principalmente entre los niños que son los consumidores del mañana y contribuyen al enfoque de seguridad alimentaria”, señala el estudio.
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