Lucinda Duy obtiene su sustento con la venta de barras de amaranto y platillos de quinua. Tiene 24 años y vive en la provincia de Cañar, en la región interandina de Ecuador, donde se intenta rescatar del olvido a los granos andinos.
Duy participó en una exhibición gastronómica en el IV Congreso Mundial de la Quinua y el Primer Simposio de Granos Andinos, celebrados del 8 al 12 de este mes en Ibarra, capital de la provincia de Imbabura, a 120 kilómetros al norte de Quito.
Los granos andinos de mayor importancia en Ecuador son el chocho (Lupinus mutabilis Sweet), una leguminosa plantada en casi 6.000 hectáreas, y la quinua (Chenopodium quinoa), un seudocereal que ocupa unas 2.000 hectáreas. Pero se podrían cultivar más de 140 mil hectáreas de chocho y casi 150 mil de quinua, indica el Manual Agrícola de Granos Andinos.
La quinua se concentra en la región interandina, en las provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar y Chimborazo. El Gobierno pretende extender el cultivo hasta 10.000 hectáreas para 2014 e impulsa su incorporación en la alimentación escolar. Además, se creó este año el Consorcio Ecuatoriano de Exportadores de Quinua, con cinco empresas productoras y comercializadoras que laboran en unas 1.400 hectáreas.
Los precios se dispararon en los últimos años. Un quintal de quinua tradicional se cotiza a 140 dólares en el mercado internacional, mientras la orgánica llega a 160. Los precios internos son más bajos y oscilan entre 60 y 90 dólares el quintal.
El Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) lleva tres décadas estudiando su adaptación a diferentes ambientes agroecológicos de la sierra ecuatoriana, así como su productividad, resistencia a enfermedades y su calidad.
De las 608 variedades de quinua catalogadas hasta 2002 por el INIAP, 283 son ecuatorianas y 325 provienen de otros países, principalmente de Bolivia y Perú.
La plantación de la variedad INIAP Tunkahuan se rota con cultivos de papa, chocho, arveja, haba, lenteja, maíz y frijol, lo cual hace más sostenible el sistema y da lugar a mejores cosechas, apuntó el jefe del Programa Nacional de Leguminosas y Granos Andinos del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), Eduardo Peralta.
Salomón Salcedo, secretario técnico del Año Internacional de la Quinua en la FAO, dijo a Tierramérica que este alimento debe ser un aliado en la lucha contra el hambre que padecen 870 millones de personas en el mundo, de los cuales 49 millones viven en América Latina y el Caribe.
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