El responsable de la Unidad de Apoyo al Campesino e Indígena, del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), Valentín Pérez, advirtió que la indiscriminada plantación de quinua puede afectar a la producción de papa, oca, habas y a la ganadería.
El especialista dijo que los productores ven como un lucro al cereal y sólo producen para vender por el elevado precio en el mercado nacional e internacional y no así para el fomento del consumo en la población.
“Los productores de quinua producen para vender afuera y no para consumir, en ese sentido, socialmente si hablamos que este producto puede salvar la seguridad alimentaria no es cierto, porque los mismos productores siguen comprando fideos, gaseosas”, señalo.
Pérez agregó que por el buen precio del grano andino, “las familias van dejando la producción de papa, oca y haba”. “Ahora no se ve claro, pero a la larga es una desventaja para estos cultivos”, apuntó.
El experto indicó que la quinua desertifica la tierra en dos años, al igual como ocurre con la coca. Señaló que cuando no se la nutre con estiércol, el suelo tarda en recuperarse de 10 a 15 años, por ello sugirió realizar rotación de cultivos.
“Agronómicamente hablando también va en desmedro del suelo porque es un cultivo esquilmante que va consumiendo todos los nutrientes del suelo y los productores lo único que están viendo es ampliar la frontera agrícola”, señaló.
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Ernesto Crispín, dijo que en los últimos cinco años se incrementó el número de productores en más de 800.
No obstante, negó que la quinua dañe la tierra como mencionan los expertos, y destacó el uso del estiércol de llama para cuidar la tierra.
“Si incorporamos para cada siembra el estiércol de la llama puede durar para muchas generaciones, pero lo que está pasando es que algunos empresarios se olvidan de este complemento y así el suelo no va dar siempre”, señaló.
La investigadora en temas agropecuarios de la Fundación Tierra, Rosmery Saldin, explicó que existen estudios sobre la planta de la quinua que señalan que no daña la tierra; por el contrario, es un arbusto que se adapta hasta al cambio climático.
“Hay estudios que se han hecho y que muestran que la coca no es un cultivo que daña la tierra y lo mismo sucede con la quinua. No es el cultivo en sí el que estaría dañando el suelo, desde la FAO vemos que puede adaptarse a condiciones donde los suelos no dan nada, de cero metros hasta 4.000 metros de altura y que tiene resistencia a la agua con sal”, dijo.
Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) la producción de quinua en el país creció en 54 por ciento desde la campaña agrícola 2007-2008 y alcanzó su máximo histórico en la campaña 2011-2012 con 44.262 toneladas.
La Quinua esta conquistando los mercados de todo el mundo. Su éxito en Europa y Estados Unidos se debe a su extraordinaria calidad nutricional y gastronómica y a su condición de producto orgánico.
jueves, 27 de junio de 2013
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