La llaman el Grano de los Incas por su alto valor nutritivo, y durante este año ha ganado fama mundial debido a la declaratoria del Año Internacional de la Quinua. Sin embargo, una empresa asociada ha sabido sacarle otro tipo de provecho desde hace tres años en Oruro: “inmortalizando” la plantita y haciendo con ella una variedad de decoraciones y arreglos florales.
Se trata de QuinuaFlor, una sociedad de mujeres que viven en Caracollo con dos áreas de trabajo. La primera, una guardería en la que albergan a hijos de estudiantes de la normal del lugar. La segunda, las creaciones con la flor de quinua, una iniciativa única en Bolivia y que, aparentemente, tiene un buen mercado, sobre todo en el campo internacional.
El coordinador de la asociación, Roberto Quispe, explica que el proyecto comenzó hace tres o cuatro años, cuando 20 mujeres pusieron su pequeño capital y comenzaron una iniciativa abriendo la guardería y el proyecto de creaciones. “En ese momento, era sólo una idea de buscar una forma de salir adelante… pero después, el proyecto fue creciendo hasta tener demanda internacional”, explica.
Se comenzó con una ayuda de la Agencia de los Estados Unidos para la Cooperación Internacional (Usaid), que les dio un apoyo económico para comenzar con la guardería y con contactos internacionales para la venta de los arreglos florales.
Así, se adquirían las plantitas en pie de los sembradíos vecinos a 6 bolivianos. Después, mediante un proceso de sopado en glicerina (un secreto bien guardado que la asociación fue perfeccionando durante estos tres años), la planta quedaba “inmortalizada” (conservando su verdor y evitando su putrefacción), y sobre esta base se trabajaba el arreglo floral, con colores de pastelería, para reclamar esos vivos rojos, azules, amarillos, verdes, que finalmente sería vendido a 12 ó 15 bolivianos.
Los pedidos fueron llegando para eventos sociales y actos protocolares, especialmente los organizados por el Gobierno en el marco del Año Internacional de la Quinua.
También a nivel internacional, muchas empresas de Estados Unidos y de Europa pedían la planta inmortalizada, puesto que sus clientes del grano querían conocer cómo era la planta. “No pudimos abastecer. Nosotros mandamos algunas cajitas, pero esta empresa de Estados Unidos nos pedía dos contenedores por semana. Era demasiado para nuestra capacidad”, explica Quispe.
Se esperaba una segunda ayuda de Usaid, que al final no pudo concretarse debido a los conflictos del Gobierno con Estados Unidos.
Además, los productores, aprovechando la alta demanda por la promoción del Gobierno, preferían vender la planta para grano.
“Estamos pensando en comprar un terreno y sembrar nuestras propias plantas de quinua, pero eso es un proyecto a más largo plazo. Tal vez a fin de año hagamos una evaluación al respecto”, concluye Quispe a tiempo de indicar que mientras tanto habrá que pensar en satisfacer las demandas locales.
Roberto Quispe | Coordinador QuinuaFlor
Estamos pensando en comprar un terreno y sembrar nuestras propias plantas de quinua
EMPRENDEDOR
Integrantes
• QuinuaFlor está conformada por 20 mujeres de la comunidad de Caracollo, que ya llevan alrededor de dos décadas dedicándose a esta actividad.
Trabajo
• Gracias a la capacitación, contactos y creatividad, el grupo ha logrado posicionar su producto en el mercado interno, sobre todo en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, además de exportar el producto a Alemania, Italia, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Perú y Chile.
Ganancias
• Las socias de QuinuaFlor ganan aproximadamente 1.200 dólares al mes, monto que se divide entre todas las mujeres que conforman la sociedad. Además tienen el grano, que se comercializa aparte, lo que significa otro ingreso para ellas.
Apoyo
• QuinuaFlor nació de la mano del programa MAPA (Acceso a Mercados y Alivio a la Pobreza), ejecutado a través de la Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario de los Valles con el apoyo técnico y financiero de Usaid, que apoyó con algo más 1.300.000 bolivianos, distribuidos entre guardería y capacitación.
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