La Paz, (JORNADA/Pieb)
viernes 8, junio 2012
La demanda creciente de la quinua real orgánica y su alta cotización en el mercado internacional, han provocado una peligrosa expansión de los cultivos. El Centro de Promoción de Tecnologías Sostenibles (CPTS) diseñó un plan para recuperar de manera científica, tierras áridas no tradicionales para este cultivo y darle sostenibilidad al grano. Habla de producir hasta un millón de toneladas en los próximos 15 años.
Después de validar tecnología de PMS (Producción Más Limpia) para el beneficiado de la quinua, la producción agrícola y para darle valor agregado al producto, el CPTS alerta de los graves riesgos de continuar con la expansión de la frontera agrícola en contra de otras actividades productivas, como los cultivos tradicionales o la crianza de camélidos, con la inminente erosión de suelos a causa de la saponina del grano.
"La meta es llegar a un millón de toneladas al año en los próximos 10 a 15 años, fuimos criticados por eso, pero estamos viendo que las líneas de beneficiado que eran elefantes blancos se quedaron muy chiquitos, y el problema es que no estamos viendo el verdadero potencial del altiplano boliviano para producir quinua", afirma el vicedirector del CPTS y científico investigador, Cesin Curi.
La idea es desarrollar tecnología agrícola de acuerdo a los estándares de la certificación orgánica, para lo cual se tuvo que elaborar insumos y métodos como parte de un nuevo paradigma de desarrollo en tierras áridas del altiplano.
Curi asegura que existe aproximadamente 8 millones de hectáreas de tierras improductivas en el altiplano que solo sirven como espacio de paso de camélidos y pobladores porque no es apta ni para el pastoreo de animales. "Es ahí donde queremos desarrollar economía, y dejar las tierras relativamente fértiles para otros cultivos andinos y otras actividades económicas tradicionales del altiplano", afirma.
Las tierras áridas no serán fértiles jamás, advierte Curi, quien sin embargo señala que pueden ser ambientalmente protegidas y ser habilitadas para la producción de quinua.
El altiplano cuenta con 16.5 millones de hectáreas, de las cuales 7 millones están ocupadas por salares, volcanes, lagos y pendientes mayores a 15 grados. Las tierras relativamente fértiles donde se tiene producción agrícola tradicional alcanza al 1.5 millones de has y dentro de esa superficie, la mitad está en el altiplano Norte y la otra entre Oruro y Potosí. De esa mitad, 250 mil hectáreas han sido intervenidas con quinua, pero actualmente solo en 60 mil has están sembradas.
"Lamentablemente no existe una cuantificación sobre las tierras en descanso o abandonadas. Es un drama en sentido de que no podemos pretender usar las tierras relativamente fértiles para producir quinua. La necesidad de dar un salto cualitativamente diferente, ha sido un planteamiento que nos hicimos hace años atrás", señala.
Adecuación mediante un compost orgánico
Una de las tecnologías que desarrolló Curí en el propósito de adecuar tierras áridas al cultivo de quinua, es el compost desarrollado por el CPTS preparado con el estiércol de llama y broza de quinua obtenida de la cosecha anterior, junto con roca fosfórica, dolomita, ulexita, inoculante y otros insumos. Su aplicación no es para convertir las tierras áridas en suelos fértiles, sino para retener macro y micro nutrientes aplicados a través de una enmienda orgánica líquida.
Para diseñar la tecnología agrícola de la quinua y cumplir con los macro y micro nutrientes requeridos se consideraron criterios de optimización del rendimiento y la calidad del grano, así como la uniformidad de la madurez fisiológica del grano.
El CPTS en la validación del prototipo de tecnología de beneficiado de quinua que realizó en la planta de Andean Valley S.A, comprobó que la pérdida de nutrientes por efecto del proceso fue mucho menor que por el sistema tradicional, tal es así que el nitrógeno disminuyó de 17.52 miligramos por gramo (mg/g) a 16.94 mg/g, al igual que el fósforo; el potasio de 12.92 mg/g a 11.50 mg/g; el magnesio de 1.90 a 1.77 mg/g, mientras que el calcio de 0.48 mg/g a 0.32 mg/g, lo cual se explica porque el más del 30% de calcio está en la cáscara.
La capacidad instalada en el país, actualmente permite producir hasta 28 mil toneladas al año, el 66% de la tecnología es del CPTS, es decir, con normas de PML (Producción Más Limpia). El 80% de la quinua exportada es procesada por estas tecnologías desarrolladas en Bolivia.
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