ALERTA DE RIESGO
AGROPECUARIO POR LLUVIAS
(Desde el sábado 09 al
domingo 10 de febrero 2019)
ALERTA DE RIESGO
AGROPECUARIO POR LLUVIAS
ANÁLISIS DE RIESGO
AGROPECUARIO
Con
base al aviso de alerta METEOROLOGICA del SENAMHI Nº 07/2019 (prioridad NARANJA),
que prevé, lluvias y tormentas eléctricas lo que podría incidir en crecidas con
desbordes de ríos, se emite la ALERTA DE RIESGO AGROPECUARIO, debido a:
1. Riesgo de afectación a los cultivos
por anegamiento de suelos en las cuencas Mamoré y Pilcomayo por la
precipitación total acumulada entre 60 a 80mm, afectando el desarrollo
fenológico normal de los cultivos. Se pronostican lluvias persistentes con
características débiles, temporalmente moderadas, a desarrollarse durante este
periodo desde el sábado 09 al domingo 10 de febrero 2019, no se descarta la
probabilidad de granizo en algunos sectores del altiplano y valles. Riesgo de
desborde e inundación con posible afectación a cultivos de banano, plátano,
cítricos y yuca; además el riesgo de afectación a la actividad piscícola de la
zona del trópico. Riesgo de desborde e inundación que puede afectar los
cultivos de arroz, banano, plátano, cítricos, yuca y frejol; además el riesgo
de afectación a la actividad ganadera y avícola de la región amazónica del
Beni. Riesgo de desborde e inundación que puede afectar los cultivos de arroz,
cereales, maíz y cítrico; además el riesgo de afectación a la actividad
piscícola y avícola del Dpto. Santa Cruz. Riesgo de encharcamiento e hipoxia en
cultivos recién sembrados en áreas planas. Riesgo de afectación al ganado mayor
y menor por posibles escenarios de desbordes y aparición de enfermedades
infecto contagiosas causadas por bacterias y hongos. El exceso de agua en el
suelo da estrés de tipo secundario, hipoxia, dañina para los cultivos. El agua
en exceso puede inducir un descenso del O2 en los espacios aéreos, así, la
hipoxia es un tipo de estrés secundario. Cuando el suelo está saturado de agua
el aire de los poros del suelo es desplazado por ésta y el O2 disuelto es
rápidamente absorbido por microorganismos y plantas, por esto, los suelos
anegados tienen poca capacidad de aportar O2 a las raíces. Esta falta de
abastecimiento afecta al crecimiento de forma directa e indirectamente, a
través de unos cambios físico-químicos que la falta de O2 induce sobre las
propiedades del suelo, y también a la planta porque necesita el O2 para
respirar. Si la hipoxia persiste las plantas consiguen características típicas
de déficit hídrico, las hojas se secan y finalmente muere, como de sed. Esto se
debe a que la planta es incapaz de absorber el agua porque no se da el
transporte activo de iones necesario para que el agua se difunda por las
raíces, y si no se da este transporte activo para el que se necesita ATP no hay
absorción de agua y se cierran los estomas y la planta se seca.
2.
RECOMENDACIÓN DE ACCIONES PREVENTIVAS:
Limpiar las zanjas para evitar
anegamiento y/o lixiviación en las parcelas. Dragado de los ríos. Llevar los
animales a las áreas seguras (zonas altas). Coordinar con las instancias
pertinentes para la dotación de agua y alimento para el sector pecuario.
Gestionar la adquisición de insumos agropecuarios (semillas, agroquímicos,
productos veterinarios y otros) para la distribución y atención del sector
productivo. Asesorar técnicamente al sector agropecuario según la especialidad.
Realizar acciones de prevención por plagas y enfermedades en el sector
agropecuario. Conservar y ampliar los bosques no solo resulta importante para
capturar el carbono y mitigar el cambio climático, además reduce el riesgo de
inundaciones. El bosque funciona como una esponja que retiene una parte del
agua de las precipitaciones. Ello hace posible que esta discurra lentamente
hacia las zonas más bajas de la cuenca, ya sea sobre la superficie o
infiltrándose en la tierra para aflorar después en los ojos de agua. Por el
contrario, cuando el suelo pierde su cobertura vegetal, el agua de lluvia
discurre con mayor facilidad, erosiona la superficie, destruye la tierra fértil
y acelera el proceso de desertificación. Al mismo tiempo, al eliminarse una
barrera natural, el volumen escurrido se concentra en menor tiempo, lo que
aumenta abruptamente los caudales en las quebradas y en los ríos. Ello eleva la
posibilidad de que ocurran deslizamientos, mazamorras (huaycos) e inundaciones.
La agricultura practicada en las riberas de los ríos suele causar
deforestación; sin embargo, es posible combinar de forma sostenible la
vegetación silvestre con cultivos ribereños. Recuperando conocimientos
tradicionales, muchas veces abandonados, los agricultores pueden producir, por
ejemplo, árboles frutales alternando sus cultivos con áreas forestales. Una
adecuada gestión de bosques debe contemplar el sembrado de vegetación nativa,
aquella que resulta más adecuada para las condiciones del terreno y de la
humedad. Tanto en las partes altas como en las zonas bajas de la faja ribereña,
estas especies nativas pueden ayudar a regenerar los cauces y a evitar el
desborde de los ríos. Aunque las acciones enfocadas en la cobertura vegetal
tienen la ventaja de reducir los picos de las crecidas, presentan una
limitación: son difíciles de aplicar en grandes extensiones de terreno, por lo
que sirven sobre todo en cuencas pequeñas. Estemos atento a los boletines y
alertas oficiales que emite el SENAMHI. Los ríos tienen la mala costumbre de
recordarnos cada 10, 50 ó 100 años, que estamos invadiendo su espacio.
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