Gustavo Clavijo. El Director General Ejecutivo del Centro Internacional de la Quinua refiere que ante las iniciativas de otros países que han empezado a producir el grano, Bolivia debe aprovechar la denominación de origen para ganar mercados donde la gente demande productos orgánicos. La forma de producción comunitaria es otro de los puntos a favor de los productores bolivianos, pues la obtención de quinua no solo consiste en una actividad económica. Hay más ventajas que dificultades, afirma.
— La coyuntura no es la mejor para la quinua y sabemos que hay varios ejes de trabajo para superar este problema; uno es la Ruta de la Quinua, ¿qué novedades incorpora?
— Se ha tratado de darle un enfoque más integral a las intervenciones o visitas y a la vez fortalecer la parte de investigación. En cuanto a lo primero, se pretendió mostrar las relaciones socioculturales en torno a la quinua, no solo como un cultivo o una actividad económica, sino como una actividad tradicional boliviana. Esto es importante porque hay todo un conocimiento por detrás, lo que también nos convierte en los principales guardianes de su producción desde la época precolombina. Por otro lado, éste es el tiempo de los alimentos nutricionales y si se quiere ser competitivo, tenemos que tomar parte del consumo. En la actualidad, el precio de la quinua disminuyó porque la oferta ha superado la demanda. No obstante, ésta sigue siendo incipiente en el mundo, por ejemplo la producción del grano es de cerca de medio millón de hectáreas, en tanto que la de arroz es de 200 millones de hectáreas, eso nos muestra los niveles de importancia (que se le da). No solo es producir y exportar, tenemos que saber generar la demanda interna para que esta producción mantenga los precios interesantes.
— El origen de la quinua entró en debate, ¿cuál es éste?
— Está comprobado que una planta es originaria del lugar donde más biodiversidad se tenga, en este caso y con justa razón se puede decir que Bolivia es el centro de origen de la quinua. En la actualidad tenemos ecotipos y variedades muy bolivianas como la quinua real. Sin embargo, el salar de Uyuni no parece ser el lugar de origen, aparentemente se trata de los alrededores del lago Titicaca porque esa es la zona con más diversidad de ecotipos. Son muchos casos silvestres. En el país tenemos más de 3.000 variedades, somos ricos en este grano. Esto es fundamental, pues uno de los grandes retos que tenemos como Centro Internacional de la Quinua (CIQ) es hacer entender a la sociedad la importancia de defender estos recursos genéticos, no solo como nación, sino como bloque andino porque también los ecuatorianos tienen biodiversidad local nativa de quinua. Es importante preservar esto porque no queremos que la quinua pase a ser otro commodity más (o sea un bien producido en masa). Queremos que se siga manteniendo su desarrollo, que en su momento debería proporcionar alimentación a la humanidad, pero a partir de un enfoque de justicia y equidad en el acceso a la comida, por eso no nos interesa que la quinua sea un producto agroindustrial porque nosotros consideramos que el pequeño campesino es el principal proveedor.
— ¿Qué beneficio trae la denominación de origen?
— Es otra de las estrategias fundamentales. La quinua real solo crece en Bolivia, son ecotipos y variedades locales muy importantes que se comportan de manera muy diferente cuando se trasladan a otro lugar. Si bien se puede producir no será el mismo grano, y ése es un ecotipo, que está asociado con la naturaleza. Con la denominación tendrá un mayor valor porque así se determinará que es el original. Cuando sacamos (la planta) de su lugar cambia, se transforma. La denominación de origen de la quinua real en particular es muy importante porque la altura, la presencia de sal (en la tierra), la luminosidad, permiten obtener la mejor quinua del mundo a nuestro entender.
— Antes de que se declarase 2013 como Año Internacional de la Quinua, ¿cuántos países producían el grano y cuántos lo hacen en la actualidad?
— Lo que sabemos es que hay cerca de 70 países que ya han desarrollado la quinua, no necesariamente con fines comerciales, sino para investigación y adaptación. Ahí está el principal problema. Podemos verlo como un riesgo, hubo mucha polvareda acerca de cuál país es mayor productor, si Bolivia o Perú, yo creo que la quinua no debe ser un factor de desunión. No se debería pelear por quién es el mejor productor, debería preocuparnos lo que están haciendo países con mucho potencial económico y tecnológico porque se viene la expansión de la quinua en un plazo corto.
— ¿De qué países hablamos?
— De países como Australia, Canadá, Estados Unidos o India que están a punto competitivo, desarrollando sus propias variedades, tecnología y otras cosas. Por tanto, la denominación de origen es nuestro seguro como bolivianos de poder diferenciar nuestra quinua del resto en el mundo.
— ¿Cómo impactará?
— En la apertura de mercados. Nuestra quinua es producida en menor cantidad por las condiciones de cultivo, pero claro que tiene un mejor sabor y es orgánica. Como país, tenemos que seguir posicionando el hecho de que tenemos la mejor producción de quinua del mundo, no solo porque es real, sino porque tenemos otros ecotipos también excelentes porque son orgánicos. La estructura comunitaria (de producción) nos da esta estructura estratégica, entonces va por ahí.
— ¿Qué países producen de manera comercial?
— Están entrando muy fuerte, Australia, Canadá, India y Francia, donde hay una variedad desarrollada y registrada. En Bélgica ya hay iniciativas; en Perú hay revalorización en gran medida, pero entra al ruedo, y están Argentina, Ecuador, Colombia y Brasil.
— ¿Qué medidas deben asumir para evitar la caída de precios?
— En particular, ser más competitivos. Esto significa invertir bastante capital a la investigación, a la conservación y uso de suelos, el control de plagas, los procesos de cosecha y poscosecha donde hay mucha pérdida, mejorar nuestro rendimiento. Lo más importante es hacer que se diferencie la quinua real orgánica de la que se produce en el resto del mundo.
— ¿Qué fortalezas y debilidades tenemos como productor?
— Fortalezas: tenemos el mejor alimento que se le puede dar al ser humano, lo que es una esperanza para el boliviano. Debilidades: son relativamente pocas porque inclusive la quinua da cosechas bastante resistentes, tiene un rendimiento excelente. Citaría también el escaso conocimiento que se tiene en el mundo, no solo de los beneficios, sino de la forma de consumir el grano, lo que incluye al país. En concreto debemos potenciar y hacer conocer todos los aspectos de la quinua.
Perfil
Nombre: Gustavo Clavijo Leaño
Profesión: Ingeniero Agrónomo
Cargo: Director General Ejecutivo del CIQ
Es especialista agropecuario
Clavijo tiene una amplia experiencia en el ciclo de proyectos agropecuarios de desarrollo rural y seguridad alimentaria, tanto en el ámbito público como en el privado. Cuenta con experiencia específica en la formulación de políticas públicas del sector agropecuario, agricultura familiar, alimentación escolar, diagnóstico y planificación participativa, planificación estratégica institucional, coordinación e interacción con ONG, fundaciones, agencias de cooperación internacional y agencias de naciones unidas, FOMEM y Cosude. Actualmente desempeña las funciones de Director General Ejecutivo del Centro Internacional de la Quinua (CIQ), entidad descentralizada del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
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