Un grupo de jóvenes chefs de Bolivia usa su talento para revalorizar la quinua, el milenario “grano de oro” de los pueblos andinos, y apoyar un proyecto que evita que niños en situaciones de vulnerabilidad social abandonen sus casas.
Estos talentosos chefs, cuyas edades oscilan entre los 17 y 22 años, trabajan en el “Ichuri Coffee Restaurant” en La Paz, una de las iniciativas que la fundación del mismo nombre lleva adelante para ayudar a niños y jóvenes en riesgo de sufrir violencia, explicó a Efe su director, Carlos Esteban Huanca.
Antes de crear la Fundación Ichuri (palabra aimara que significa “llevar a un niño en brazos”), Huanca ya había trabajado con niños de la calle.
“Una de las cosas que hemos visto con mucha frecuencia es que la mayoría de ellos llegaron a la calle por la violencia que habían sufrido en sus hogares. También hemos visto que un niño, por mucho que le hayan pasado cosas en su familia, siempre anhelaba volver a estar con sus padres”, agregó.
Ichuri comenzó trabajando en un barrio del oeste de La Paz con un centenar de niños de 5 a 12 años a quienes brindó apoyo psicológico, social, nutricional, escolar y capacitación tecnológica, todo con el objetivo de que “restablezcan sus vínculos familiares”.
La fundación selecciona entre varios postulantes a aquellos más necesitados de ayuda y les brinda cursos cortos de gastronomía, apoyo psicológico y la posibilidad de hacer sus pasantías en alguna de las empresas con las que tienen convenios.
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