Para aumentar la producción y productividad de la quinua, es necesario recurrir a métodos de control compatibles para mantener y conservar el equilibrio del agroecosistema, medio ambiente y la salud. El manejo del mildiu de la quinua, se basa en tres componentes: a) control cultural, basados en rotaciones de cultivo, prácticas agronómicas para disminuir la humedad en el campo (distancia de surcos y plantas, drenaje, dirección de surcos con respecto al viento), asociación o mezcla de cultivos; b) uso de variedades resistentes y/o tolerantes y multilíneas y, c) control químico, aplicando fungicidas foliares como Ridomil, Poliram combi, Cupravit OB-21, Manzate D y Lonacol a una dosis de 1.5 kg/ha (Lázaro, 1984).
Conjugando armónicamente los diferentes métodos de control de mildiu, se puede brindar una protección integral al cultivo, basado en una buena selección de semilla libre de patógenos, manejo racional y oportuno de las prácticas agronómicas, uso de variedades resistentes y/o tolerantes, uso selectivo de fungicidas y otros métodos de control compatibles con el equilibrio ecológico.
Conjugando armónicamente los diferentes métodos de control de mildiu, se puede brindar una protección integral al cultivo, basado en una buena selección de semilla libre de patógenos, manejo racional y oportuno de las prácticas agronómicas, uso de variedades resistentes y/o tolerantes, uso selectivo de fungicidas y otros métodos de control compatibles con el equilibrio ecológico.
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