Si algo ha resultado del Año Internacional de la Quinua es sin duda el posicionamiento de la imagen de este grano en la escena mundial, con el correspondiente incremento en su demanda. Bolivia es el mayor productor de quinua en el mundo, y la ha propuesto como alimento para salvar a la humanidad del hambre; pero en el camino, el contrabando se ceba en ella.
En efecto, la iniciativa boliviana para que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconozca a 2013 como Año Internacional de la Quinua, a la que prontamente se unieron Perú y Ecuador, ha servido para revelar al mundo algo que se sabía en los círculos de comida gourmet y saludable de los países más desarrollados y en las comunidades indígenas de los Andes sudamericanos: que la quinua es uno de los alimentos más completos y puede ser cultivada en una gran variedad de suelos.
Algunos medios de comunicación de EEUU y Europa han señalado que la nueva demanda de quinua en el mundo ha ocasionado que ésta sea casi inaccesible, por su precio, para la población pobre de los países productores. Sin embargo, el problema no es ése, sino que, en el caso boliviano, casi la mitad de la producción anual del grano es exportada al Perú por la vía del contrabando.
Según la Cámara Boliviana de Exportadores de Quinua (Cabolqui) y la Gobernación de Oruro, este año salieron de contrabando unas 20.000 toneladas del grano hacia el Perú, de donde es reexportado a otras naciones como si fuera quinua peruana. Los datos de la Gobernación orureña señalan que de Challapata, la “capital comercial de la quinua”, salen semanalmente entre 50 y 60 camiones con carga. La razón, previsiblemente, es que los comerciantes peruanos ofrecen mejores precios.
El Coordinador de la Fundación y Educación para el Desarrollo (Fautapo), entidad que trabaja con los productores, afirmó que el contrabando es preocupante, porque los peruanos ingresan directamente hasta las comunidades a ofrecer mejores precios a los productores, “no tiene ningún registro porque no pagan impuestos; lo que corresponde es que salga la quinua vía exportación, pero en este caso sacan en camiones rumbo al Perú”.
Considerando que hasta octubre de este año el valor de las exportaciones bolivianas de quinua alcanzó $us 118 millones, lo que representa un crecimiento del 47% respecto a toda la gestión 2012, y que el crecimiento en volumen llegó al 13% al décimo mes de este año, según un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), elaborado con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país no está beneficiándose de todas las oportunidades abiertas con la celebración de la ONU.
Hacen falta, pues, políticas públicas para incentivar la exportación legal del grano en las mejores condiciones para los productores. De lo contrario, la lógica capitalista seguirá estimulando las prácticas ilegales que benefician a los comerciantes extranjeros.
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