Considerada hasta hace poco como un desecho, la cascarilla de la quinua es ahora el ingrediente principal de un enjuague bucal hecho en Bolivia y que está en etapa final de prueba, a punto de salir al mercado.
El proyecto está a cargo de especialistas del Laboratorio de Bio-Orgánica y Farmacéutica del Centro de Investigaciones Químicas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz, quienes descubrieron la manera de aprovechar las propiedades de esta sustancia que, entre otras cosas, previene y combate las caries.
La cascarilla de la quinua se desprende del grano gracias a la fricción mecánica a la que se somete antes de su industrialización para la venta interna o exportación.
El equipo se basó en una investigación previa de John Flores, quien, junto a otros especialistas, logró obtener pesticidas a partir de la thola, planta que crece en el altiplano, y que -al igual que la cascarilla de quinua- contiene ácido oleanólico, un elemento que ayuda a combatir varios organismos nocivos como el Streptococcus mutans, la bacteria que produce la caries.
Cien por ciento boliviano
“Uno de los objetivos que nos planteamos es que todos los ingredientes de este producto sean naturales y obtenidos en Bolivia, pues aunque ya hay otros enjuagues bucales de industria nacional, casi todos tienen elementos sintéticos e importados”, señala Maribel Lozano, una de las investigadoras.
Inspirados en el ácido oleanólico, llamaron a su enjuague bucal Oleadent. “Actualmente estamos en la etapa de pruebas en el laboratorio y esperamos encontrar en el camino otros beneficios de la cascarilla para combatir otras bacterias que se encuentran en la boca”, explica la especialista Giovanna Limachi.
Otro de los objetivos está relacionado con la reutilización de un residuo hasta ahora aparentemente inservible. “El destino de la cascarilla de los diferentes tipos de quinua es aumentar el volumen de los rellenos sanitarios. Sin embargo, con esta investigación buscamos que este componente se utilice y que no sea desechado, así también contribuimos a la reducción de desechos”, señala Lozano.
Junto al ingeniero Edgar Ticona, los investigadores desarrollaron un proceso de medición de volúmenes de alcohol, agua y cascarilla de quinua mediante técnicas de extracción, agitación y filtración que, al final, resultaron en la obtención de un polvo, a la larga, ingrediente base del enjuague.
A inicios de los años 60, Anton van Leeuwenhoek, uno de los creadores del enjuague bucal, descubrió que las bacterias alojadas en la boca eran inmovilizadas y morían rápidamente cuando eran expuestas a una mezcla de vinagre y brandy.
Más de medio siglo después, estos jóvenes investigadores bolivianos se basan en el mismo principio de Leeuwenhoek pero ahora producen un litro de Oleadent a partir de un gramo de ácido oleanólico que, a su vez, se obtiene a partir de 100 gramos de cascarilla de quinua, el grano de oro.
A ello se le añaden diferentes excipientes como conservantes, colorantes y sabores, como la menta, según explica Lozano mientras muestra el polvo blanco.
La fase final de la investigación parece haber llegado el en mejor momento, ya que el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal informó recientemente que en 2012, Bolivia producirá 44.000 toneladas de quinua, con lo que se consolidará como el mayor productor y exportador mundial de este grano de reconocidas propiedades alimenticias.
Datos del Gobierno son aún más optimistas. El viceministro de Desarrollo Rural y Tierras, Víctor Hugo Vásquez, informó que este año se exportarán 26.000 toneladas de quinua a países como Estados Unidos, Francia, Holanda y Canadá, lo que dejará un beneficio de 75 millones de dólares.
El presidente Evo Morales recibió el lunes, en Roma, Italia, el nombramiento de Embajador Especial de la Quinua, por parte de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO),
Otros derivados
Gracias a esta investigación, la gente se beneficiará no sólo de Oleadent, sino también de otros derivados de los residuos de quinua. Actualmente en el Laboratorio de Bio-Orgánica del Instituto de Investigaciones Químicas de la UMSA se realizan además proyectos con ocho plantas con reconocidas propiedades medicinales y de higiene.
“Las investigaciones más avanzadas hasta el momento están abocadas a conseguir protectores solares y pesticidas de quinua”, señala la directora del instituto Giovanna Almanza.
Por su carácter emprendedor, este grupo de investigadores de la UMSA ganó el primer lugar del concurso Innova San Andrés en 2011. Los jóvenes profesionales están seguros de que en poco tiempo varios productos novedosos y naturales estarán disponibles en el mercado nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario