Este informe publicado por la Fundación Milenio no hacen más que corroborar el potencial productivo de la Quinua (Chenopodium quinoa Willd.) del Departamento de Oruro; claro no solo Oruro es el privilegiado, lo son también Potosí donde se producen los granos de quinua real más grandes del mundo (los más grandes llegan a medir 2,7 mm); así como el gran potencial de La Paz en cuanto a cultivaros mejorados, siendo la quinua del fitomejoramiento de quinua cultivadas en el Altiplano Norte y Central de Bolivia.
Estos datos hacen ver al cultivo de la quinua como el único producto agrícola con capacidad competitiva a nivel mundial; lo que debe ser un aliento para los habitantes de estas regiones para aprovechar las condiciones naturalmente favorables que ofrece el Altiplano para producir la quinua.
Oruro un departamento tradicionalmente minero conocido sobretodo por su Minería y su inigualable Carnaval ahora también debe y es reconocido porque en sus tierra se tiene el orgullo de producir este grano andino altamente nutritivo y medicinal, tan requerido por los mercados internacionales convencional hace años y actualmente con más tendencia a los mercados orgánicos.
Oruro estos dos últimos años está reviviendo el auge minero y este ahora esta acompañado por el auge de la quinua; sin embargo hay dos aspectos que se están descuidando:
1. Ver al cultivo simplemente como dinero, si bien la gente paulatinamente retorna al campo para cultivar quinua, su visión no va más allá de ver los réditos de la producción sin cuidar lo más importante que es el correcto manejo del suelo así como la obediencia a las normas comunales de respeto al entorno natural y espacios reservados al pastoreo de camélidos, ovinos y bovinos.
Queremos producir en más extensiones sin pensar que sin ampliar nuestra frontera agrícola podemos tener más y mejores rendimientos si solo nos ocupáramos más del cultivo y no los dejemos a su suerte la mayor parte del tiempo.
2. En segundo aspecto se está descuidando la transformación del producto, está bien producimos pero nos quedamos ahí, esperamos a que alguien más nos lo compre a un buen precio y listo; a veces ni lo consumimos y cuando se está urgido de dinero se lo remata a un precio mínimo del cual se benefician los intermediarios y acopiadores del grano. El beneficiar y transformar el grano es más que vital para que la quinua no se nos vaya en bruto; debemos hacer conciencia de aquello.
Rubén Miranda
Estos datos hacen ver al cultivo de la quinua como el único producto agrícola con capacidad competitiva a nivel mundial; lo que debe ser un aliento para los habitantes de estas regiones para aprovechar las condiciones naturalmente favorables que ofrece el Altiplano para producir la quinua.
Oruro un departamento tradicionalmente minero conocido sobretodo por su Minería y su inigualable Carnaval ahora también debe y es reconocido porque en sus tierra se tiene el orgullo de producir este grano andino altamente nutritivo y medicinal, tan requerido por los mercados internacionales convencional hace años y actualmente con más tendencia a los mercados orgánicos.
Oruro estos dos últimos años está reviviendo el auge minero y este ahora esta acompañado por el auge de la quinua; sin embargo hay dos aspectos que se están descuidando:
1. Ver al cultivo simplemente como dinero, si bien la gente paulatinamente retorna al campo para cultivar quinua, su visión no va más allá de ver los réditos de la producción sin cuidar lo más importante que es el correcto manejo del suelo así como la obediencia a las normas comunales de respeto al entorno natural y espacios reservados al pastoreo de camélidos, ovinos y bovinos.
Queremos producir en más extensiones sin pensar que sin ampliar nuestra frontera agrícola podemos tener más y mejores rendimientos si solo nos ocupáramos más del cultivo y no los dejemos a su suerte la mayor parte del tiempo.
2. En segundo aspecto se está descuidando la transformación del producto, está bien producimos pero nos quedamos ahí, esperamos a que alguien más nos lo compre a un buen precio y listo; a veces ni lo consumimos y cuando se está urgido de dinero se lo remata a un precio mínimo del cual se benefician los intermediarios y acopiadores del grano. El beneficiar y transformar el grano es más que vital para que la quinua no se nos vaya en bruto; debemos hacer conciencia de aquello.
Rubén Miranda
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