El grano de oro vive una época de bonanza. Los últimos cuatro años la exportación de quinua real del altiplano sur aumentó en un 273 por ciento. El mercado europeo fue el de mayor demanda.
En 2003, Oruro y Potosí exportaron 2.300 toneladas de este producto, mientras que en 2006 ambos departamentos vendieron alrededor de 6.300 toneladas a países europeos, Estados Unidos y a naciones de Sudamérica.
Dinamarca es el mercado europeo con mayor demanda; se estima que en los primeros meses de 2007 se enviaron dos mil toneladas al país escandinavo. Otros asiduos compradores del grano de oro son Estados Unidos, Francia, Holanda, Alemania, Israel, Bélgica, Japón, Reino Unido, Canadá, Brasil, Ecuador, Chile, Irlanda, Malasia, Italia, Nueva Zelanda, Colombia, España y Argentina.
Los productores del cereal tienen buenas expectativas porque cada año aparecen nuevos mercados fuera de las fronteras. En los meses recientes Venezuela y Cuba también hicieron sus pedidos.
La Cámara de Exportadores ya hace números e indica que para finales de 2007 las exportaciones podrán superar los nueve millones de dólares.
Las necesidades
El presidente de la Cámara Nacional de Productores de Quinua, Eusebio Encinas, señala que las ganancias no van acordes con el trabajo que se realiza para la obtención de la quinua. Según él, los campesinos aún emplean herramientas agrícolas ancestrales que no abastecen para cultivar grandes extensiones del cereal.
“Es hora de que el Gobierno nos ayude con programas como ocurre con otros sectores, la llegada del fenómeno de El Niño ha dejado pérdidas, pero nadie reconoce eso. Tenemos la esperanza de recuperar ese capital en el próximo periodo agrícola”.
En lo que va del año, las pérdidas económicas como consecuencia del evento climático bordean los 108 millones de bolivianos. Se estima que se perdieron 15.487 toneladas, según la Unidad de Gestión de Riesgos de la Prefectura.
El representante de la Asociación de Productores de Quinua-Quillacas, Fructuoso Mamani, comenta que hace una década la quinua “no era tan cotizada como en estos días”. “Nosotros llevábamos un quintal de quinua a Challapata y lo vendíamos en 100 bolivianos, no había muchos compradores (ahora el precio se duplicó)”.
La frontera agrícola se ha expandido a las provincias Sebastián Pagador, Sur Carangas, Litoral, Carangas, Nor Carangas, Mejillones, Cercado y Pantaleón Dalence, en el departamento de Oruro. Además, en Potosí se han habilitado nuevos campos de siembra.
El responsable del proyecto Quinua Orgánica de la Prefectura, Carlos Colque, dice que la expansión puso en riesgo la productividad de los suelos. En la actualidad, el 70 por ciento de los terrenos está erosionado debido a la sobreexplotación.
El grano
La quinua real crece entre los 2.500 y 4.000 metros sobre el nivel del mar.
El grano puede resistir temperaturas de hasta 11 grados bajo cero.
Este producto genera el 85 por ciento de los ingresos de las familias campesinas.
La ganancia neta alcanza los 80 dólares por hectárea cultivada.
En el altiplano están cultivadas alrededor de 35 mil hectáreas.
El 80 por ciento de los 70 mil agricultores son pequeños productores.
En 2003, Oruro y Potosí exportaron 2.300 toneladas de este producto, mientras que en 2006 ambos departamentos vendieron alrededor de 6.300 toneladas a países europeos, Estados Unidos y a naciones de Sudamérica.
Dinamarca es el mercado europeo con mayor demanda; se estima que en los primeros meses de 2007 se enviaron dos mil toneladas al país escandinavo. Otros asiduos compradores del grano de oro son Estados Unidos, Francia, Holanda, Alemania, Israel, Bélgica, Japón, Reino Unido, Canadá, Brasil, Ecuador, Chile, Irlanda, Malasia, Italia, Nueva Zelanda, Colombia, España y Argentina.
Los productores del cereal tienen buenas expectativas porque cada año aparecen nuevos mercados fuera de las fronteras. En los meses recientes Venezuela y Cuba también hicieron sus pedidos.
La Cámara de Exportadores ya hace números e indica que para finales de 2007 las exportaciones podrán superar los nueve millones de dólares.
Las necesidades
El presidente de la Cámara Nacional de Productores de Quinua, Eusebio Encinas, señala que las ganancias no van acordes con el trabajo que se realiza para la obtención de la quinua. Según él, los campesinos aún emplean herramientas agrícolas ancestrales que no abastecen para cultivar grandes extensiones del cereal.
“Es hora de que el Gobierno nos ayude con programas como ocurre con otros sectores, la llegada del fenómeno de El Niño ha dejado pérdidas, pero nadie reconoce eso. Tenemos la esperanza de recuperar ese capital en el próximo periodo agrícola”.
En lo que va del año, las pérdidas económicas como consecuencia del evento climático bordean los 108 millones de bolivianos. Se estima que se perdieron 15.487 toneladas, según la Unidad de Gestión de Riesgos de la Prefectura.
El representante de la Asociación de Productores de Quinua-Quillacas, Fructuoso Mamani, comenta que hace una década la quinua “no era tan cotizada como en estos días”. “Nosotros llevábamos un quintal de quinua a Challapata y lo vendíamos en 100 bolivianos, no había muchos compradores (ahora el precio se duplicó)”.
La frontera agrícola se ha expandido a las provincias Sebastián Pagador, Sur Carangas, Litoral, Carangas, Nor Carangas, Mejillones, Cercado y Pantaleón Dalence, en el departamento de Oruro. Además, en Potosí se han habilitado nuevos campos de siembra.
El responsable del proyecto Quinua Orgánica de la Prefectura, Carlos Colque, dice que la expansión puso en riesgo la productividad de los suelos. En la actualidad, el 70 por ciento de los terrenos está erosionado debido a la sobreexplotación.
El grano
La quinua real crece entre los 2.500 y 4.000 metros sobre el nivel del mar.
El grano puede resistir temperaturas de hasta 11 grados bajo cero.
Este producto genera el 85 por ciento de los ingresos de las familias campesinas.
La ganancia neta alcanza los 80 dólares por hectárea cultivada.
En el altiplano están cultivadas alrededor de 35 mil hectáreas.
El 80 por ciento de los 70 mil agricultores son pequeños productores.
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