jueves, 6 de septiembre de 2007

PUNO

En la región alrededor del lago Titicaca se cultiva la mayor parte de la quinua que se produce en el país y se concentra en los terrenos comunales, bajo el sistema de aynocas. Según Mujica y Jacobsen (1999, 2000), en estos campos es posible encontrar una gran diversidad de ecotipos y variedades de quinua que los campesinos pueden reconocer y que las cultivan en mezclas como una forma de disminuir el riesgo del ataque de enfermedades, plagas y daños por factores climáticos. En estos terrenos las quinuas son cultivadas bajo condiciones casi libres de la aplicación de fertilizantes químicos y pesticidas, aunque en los últimos años por la presencia de plagas y enfermedades se estan aplicando algunos pesticidas.


La oficina denominada de promoción a la exportación Prompex del Ministerio de Agricultura del Perú, está promoviendo el consumo masivo a nivel nacional de esta especia, así como su exportación a Estados Unidos, Alemania, y Japón. En estas exportaciones se ha privilegiado la quinua de tipo orgánico y de mejor calidad.


Zanabria y Banegas (1997) han efectuado trabajos para identificar y controlar las plagas que atacan a este cultivo, así como los insectos benéficos que podrían apoyar a su control biológico. Un proyecto de producción de quinua orgánica de un ONG, CPUR, en Puno, ha propuesto la siembra de quinua en parcelas individuales en la zona de Calacoto, cerca a Juliaca, con el aliciente de una mejor comercialización.


Cerca de 60 agricultores están participando con la siembra de quinua de variedades seleccionadas y bajo estrictas medidas de producción orgánica. Los campos utilizados en estos sembríos no han tenido una fertilización química los últimos 3 a 5 años y en su mayoría son terrenos de "rompe" en la cual se voltea un campo de pastos que no se ha utilizado agrícolamente por lo menos los últimos 20 años. La siembra se lleva en forma técnica con una buena preparación mecanizada del suelo y la aplicación de materia organiza en niveles de 5 a 8 T.M. de estiércol. Los rendimientos son variables de acuerdo al año, pero en general se tiene un promedio alrededor de 1 a 1.2 T.M. de grano por hectárea. La quinua es procesada embolsada y en su mayoría se orienta hacia mercados externos para su comercialización.


El problema mayor es el que se refiere, al uso posterior de esas parcelas destinadas a la producción de quinua orgánica, pues se requiere una rotación con especies no demandantes de fertilizantes químicos. Se ha escogido la alfalfa de variedades resistentes al frío. Con esta rotación se espera que en 6 a 8 años dichas parcelas puedan entrar nuevamente a la producción agrícola, por lo cual se requiere una intensificación en la producción ganadera sobre todo de vacas lecheras. El proyecto ha contemplado el apoyo en forma de crédito de semilla de quinua y apoyo con maquinaria para la preparación de los suelos, así como el alquiler de una trilladora mecanizada, que se presta en forma de avance de la compra del grano. De esta manera permite a los agricultores manejar mejor su economía.


Los resultados muestran que es necesaria la selección de áreas de cultivo con suelos francos, relativamente planos, para evitar inundaciones, con buen drenaje y con la menor incidencia de factores climáticos adversos como la frecuencia de heladas. En ese sentido, en el mismo altiplano existen pequeñas áreas más protegidas y con menor incidencia de heladas. En segundo lugar la fertilidad del suelo es muy importante por eso los suelos de pastizales presentan las condiciones más adecuadas en contenido de materia orgánica inicial, que se debe completar con aplicaciones mínimos de 8 T.M. de estiércol adecuadamente descompuesto y aplicado con buena anterioridad a la siembra.


La preparación de suelos es fundamental sobre todo para evitar la presencia de hondonadas donde se pueda depositar la humedad por mucho tiempo. En cuanto a la semilla se ha sugerido semilla seleccionada y libre de enfermedades sobre todo fungosas. En este tema parece que hay un cierto conflicto, cuando se prioriza el uso de las variedades seleccionadas, es decir utilizar solo una variedad cuando el tema de uso de la biodiversidad parece ser que va más relacionado con la producción orgánica o biológica. La mezcla de variedades nativas de quinua no necesariamente producen un material no comercial si es que se sigue la tradición actual campesina. La agricultura y la biodiversidad son dos aspectos que han caminado juntos desde que la humanidad inició el manejo de cultivos. El uso de agroquímicos y la tala irracional de los bosques son probablemente dos factores de mayor importancia que han agudizado y acelerado la debilitación de los sistemas de producción. En ese sentido, la relación entre agricultura y biodiversidad ha sido prácticamente limitada a los pequeños agricultores, como es el caso de los campesinos en los Andes (Lizarraga, 2000). Experiencias efectuadas en Puno por Canahua mostró que la producción era mas estable cuando se utilizaba más de dos variedades que en el caso de utilizar solo una variedad.


Finalmente, la trilla se ve muy facilitada por el uso de trilladoras portátiles que se han experimentado en la zona, bajo el apoyo del proyecto Herrandina de la Cooperación Suiza. Existe además una experiencia de producción de quinua orgánica en la zona de Andahua, Arequipa, con la exportación de granos andinos producidos bajo condiciones biológicas.


El siguiente paso parece ser que se debería incluir en este programa la siembra de quinua orgánica en las aynocas, con el apoyo a las comunidades que utilizan este sistema y con las cuales se puede convenir en un pago adelantado de la cosecha. Sin embargo, será necesario que exista una responsabilidad solidaria, para los efectos de que funcione el sistema de crédito.

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Quinua el Grano de Oro

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